Viniendo del Encuentro con todos los Alumnos de Religión de la Diócesis, donce he compartido con un millar de jóvenes la alegría de la Resurrección, no puedo dejar de exclamar que Jesús está presente, llamando, hablando, ¡no es un hombre del pasado! No deja de mirarnos, como un amigo que al tiempo es el Señor, es Dios. El siempre se deja ver. Se acerca directamente en la oración, en los sacramentos, y especialmente en la Eucaristía y en el perdón. Se nos ha dado en la eucaristía, su cuerpo vivo entregado, para que nosotros también le demos nuestro cuerpo y la Eucaristía traspase los límites de la iglesia y para estar presente en las formas de servicio al hombre y al mundo.