
Estamos al inicio del curso donde volvemos a las catequesis de iniciación cristiana, a los voluntariados, a los estudios y las clases de religión. Una de las propuestas pastorales de mayor rigor y eficacia en la Diócesis son las clases de teología en el Instituto Diocesano de Teología para Laicos, así como en el Centro de Teología a Distancia. Son muchos -ya más de mil-los beneficiados en ellas en sus diferentes sedes (Cádiz, San Fernando, Chiclana, Algeciras, Barbate, La Línea, Ceuta, etc.) aunque aún son desconocidas para muchos catequistas, cofrades, voluntarios de Cáritas, profesores de religión. Estudiar teología es profundizar en la fe, una ayuda para vivir con coherencia y capacitarse para evangelizar, como nos pide la Iglesia a todos hoy, por tanto, algo muy conveniente para quien quiera vivir a fondo su vida cristiana y transmitirla.
¿Tiene sentido estudiar Teología hoy?, nos preguntamos. Es evidente que los tiempos actuales plantean cada vez más desafíos éticos y morales. Basta echar una mirada a la guerra, la pobreza, al sufrimiento y a la muerte, la eutanasia, agresiones a la vida, ecología, sexualidad y familia, y por supuesto, a la fe, la trascendencia. Los grandes debates de nuestros días son en buena parte éticos, morales. No caben muchas dudas al respecto. Y uno de los problemas para afrontar los retos de nuestro tiempo es que somos bastante analfabetos en cuestiones de fe y de moral. Mientras se multiplican los programas, cursos y tutoriales sobre economía, inteligencia artificial y robótica, sanidad, cuidado del cuerpo, o los negocios, por citar sólo algunos ejemplos, estamos cojos a la hora de dar razón de nuestra fe, si no la tenemos ya casi olvidada, o anestesiada, y, consiguientemente, afloran la confusión y la infelicidad. Tenemos necesidad de saber más, de profundizar en los conocimientos y dar razón de la experiencia que ya tenemos.
Uno de los fenómenos culturales de nuestros días es la cancelación, es decir, retirar el apoyo a personas, hechos, acontecimientos o culturas en función de determinados parámetros, fruto de una ingeniería social premeditada que llega a toda la sociedad. Esta retirada puede alcanzar incluso a la negación de las verdades de la fe, de la historia de la iglesia, del testimonio cristiano, o a la eliminación del debate de las ideas que resultan discordantes, en muchos casos, del cristianismo, que es ya para muchos “políticamente incorrecto”.
Con una orientación «propositiva» los laicos católicos, frente al desafío que supone la corrección política y la cultura de la cancelación, debemos hacer lo que ha hecho siempre la Iglesia, esto es, ser fieles a la fe recibida y proponerla a todos los hombres. No se trata tanto de promover grandes innovaciones, aunque tengamos que hacerlas, sino de descubrir la asombrosa vigencia del cristianismo y de la propia Iglesia como institución a través de los siglos. Sin embargo, para evangelizar, para transmitir la fe en familia, en la escuela, en la parroquia, hemos de proponerla como respuesta a los retos personales, pues transmitimos un legado, una Verdad transmitida por Cristo y la Iglesia, que se convierte en Camino, en la garantía de que nos da la Vida.
Un alumno de la escuela me contaba que, por la gracia de Dios, había tenido un proceso de conversión progresiva en la medida en que profundizaba en la fe estudiando teología. Decía: “No es que fuese anteriormente un pequeño pagano, pero casi, casi…; la formación me ha dado la respuesta a muchas cosas que me venía planteando. Ha dado firmeza y riqueza a mi vida cristiana, y me ha encantado y me encanta. Vale la pena el esfuerzo”.
Estamos en un momento histórico que pide a gritos, al hilo de los cambios culturales, que todos los cristianos tengan una formación doctrinal sólida y profunda. Hace más de tres años, el Papa Francisco inició una revolución educativa publicando la Constitución Apostólica Veritatis Gaudium, para que el estudio renovado de la teología “ayude a la transformación misionera de una Iglesia en salida desde ese rico patrimonio de profundización y orientación”.
Aprovechemos esta oportunidad. Profundicemos en nuestra fe con los instrumentos de la Diócesis para aprender teología en este curso que ya ha comenzado. Todavía estás a tiempo. Aquí te dejo toda la información.
TE INTERESA: