
Con el miércoles de Ceniza comenzamos ya la Cuaresma 2020, te invito a vivir este tiempo con la intensidad que requiere. Dios sale a nuestro encuentro y nos espera, siempre, para manifestarnos su amor y cambiar nuestra vida. El Papa Francisco nos anima a vivir el amor que viene de Él, como don inmerecido. El Misterio Pascual que, con mayor intensidad, queremos poner en el centro de nuestro corazón y de la sociedad, nos hace superar la «presuntuosidad» de que somos lo agentes de nuestra conversión, y la «ilusión» de ser origen y dueños de la vida. Te envío su Mensaje que enriquece tu oración y para que oriente tu deseo de conversión a Cristo, participando de su combate de amor hasta dar la vida, renovando así la gracia de tu bautismo, para ser verdadero discípulo suyo, entregado a los demás.
Durante este tiempo la iglesia no puede olvidar su obligación de orar por los pecadores . Esta plegaria no debería faltar nunca durante estos días en la oración universal de las misas (cf. Sacrosantum Concilium, n 109), ni en nuestra oración personal. ¡Qué gratificante es orar por la conversión de los pecadores y saber que millares de cristianos piden por mi conversión! ¡Y qué responsabilidad! Ofrezcamos obras de penitencia en reparación a las ofensas al Corazón Amante de Dios, atravesado en la Cruz, y participemos así de manera sublime en la obra de la redención.
La reconciliación es muy importante y debe culminar las practicas penitenciales, antes del Triduo pascual, pero es muy aconsejable confesarse también al comienzo, para iniciar el camino de una auténtica penitencia y conversión. Os deseo una Cuaresma llena de la bendición de Dios.
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