
Querida Amazonia es una hermosa Exhortación del Papa Francisco que ha visto la luz esta semana., tras el Sínodo de la Amazonia. Resulta de un proceso sinodal que manifiesta el amor de Cristo a través de su Iglesia, que no tiene fronteras, pues su camino es el corazón de todo hombre y mujer, en cualquier lugar o situación, máxime en las más vulnerables del planeta. El Santo Padre lamenta contemplar que la presencia de la Iglesia en la región es insuficiente. El anuncio del Evangelio ha de reforzarse con todas las fuerzas, con la fuerza de todos, de las distintas diócesis, pues todos estamos involucrados. Frente al afán de Occidente de querer colonizarlo todo, sin tener en cuenta lo valioso de las diversas culturas, países y gentes, manifiesta con ternura el deber de amar, y ayudar a que estos pueblos saquen de ellos mismos «lo mejor de sí». Critica tanto el «colonialismo» como el «indigenismo cerrado.» e invita a la «inculturación.» Efectivamente, la Iglesia en su Magisterio es consciente del papel mediador de lo mejor de las culturas para el anuncio del Evangelio, de modo análogo a la humanidad de Cristo, el Dios hecho hombre que se encarnó. Esta lógica encarnativa ha de estar presente en la misión. La Amazonia es una región vulnerable, objeto de abusos de poder e intereses económicos. Os invito a acercaros a este texto que enriquecerá nuestra formación y nuestra fe común en la fe de la Iglesia. Oremos por los pueblos más frágiles de la tierra, creamos realmente en la potencialidad que tienen, en lo nuevo que nos ofrecen. Anunciemos le fe de Jesucristo a todas las gentes.