
Hoy, día de Nuestra Señora de Lourdes, celebramos la Jornada Mundial del Enfermo. Pedimos por todos los enfermos, y en especial, por todos aquellos que han perdido la esperanza. La esperanza se deriva de la experiencia del don, de saberse amados por encima de cualquier circunstancia, y los cristianos estamos llamados a manifestar ese amor del que somos testigos: «nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16). Este regalo contiene necesariamente una misión maravillosa: al igual que la debilidad humana impulsa a Cristo a manifestar su amor entregando su vida, así nosotros no debemos olvidar el dolor y abandono de muchas personas. «Haz tú lo mismo» (Lc 10,37), nos dice el Señor. Así mostraremos a cada persona su dignidad inalienable e inalterable en el tiempo, y a la sociedad, su deber con el más débil. Seamos servidores de la dignidad de cada persona y construyamos un mundo que supere la cultura de la muerte y del descarte. No olvidemos que en cada descartado está Cristo.
Gracias a la Pastoral de la Salud de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, a la Hospitalidad de Lourdes, a tantas y tantos voluntarios, y al personal sanitario, médicos, enfermeros, auxiliares, técnicos… que se entregan generosamente en amor al más sufriente, viendo en ellos el rostro del Señor. María, madre del Amor y la Esperanza, ruega por nosotros.
Te dejo el mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial del Enfermo
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