
Dice el salmo 46, 11: vacate et videte quia Dominus ego sum (descansad, sabed que soy Dios), lo cual quiere decir que “tomar una vacación”, dejar todas nuestras actividades es para darnos cuenta de lo más importante que existe en el mundo, o sea, que existe Dios. Y es que la vacación es todo lo contrario a una fuga; no quiere decir alienarse, distraerse, sino que por sí quiere decir concentrarse en algo, abstenerse de las demás actividades para centrarse en lo fundamental, en aquél famoso “una sola cosa es necesaria” que dijo Jesús en el evangelio. Tal vez el sentido más bello de las vacaciones sería precisamente retomar un contacto íntimo, profundo, con la raíz de nuestro ser, que es Dios. No es un tiempo para perder, para quemar, sino un tiempo para valorar al máximo.
Las vacaciones no pueden ser una pura evasión ni una dimisión de los sanos criterios morales o una huida de uno mismo o del servicio a nuestros hermanos. Las vacaciones tampoco pueden ser un abandono de nuestras obligaciones religiosas, la huida de nuestras relaciones con Dios, de Aquél en el que encontramos el verdadero y auténtico descanso. En nuestra relación con Dios no puede haber vacaciones. Todo lo contrario. Al disponer de más tiempo libre, hemos de buscar espacios para la interioridad, el silencio, la reflexión, la oración y el trato sereno, largo y relajado con el Señor.
Las vacaciones son también días para el encuentro y la convivencia, para la charla apacible, para compartir la mesa, gozar de la amistad y robustecer las relaciones familiares, que, a veces, durante el año, resultan escasas o insuficientes como consecuencia del trabajo y de las obligaciones de cada día.
Descubramos a Dios en la Eucaristía, en la que muy bien podríamos participar diariamente en estos días de descanso. También a nuestro lado en la playa, en la montaña o en nuestros lugares de origen, a los que muchos retornaremos a la búsqueda de nuestras raíces. Que Dios os bendiga, os proteja y os custodie en su amor. Ojalá todos volvamos con más ganas de trabajar y de ser mejores.