
Mi última alocución en COPE
De nuevo entre nosotros, queridos amigos, la Escuela de Evangelizadores. El próximo sábado 19 de enero regresa convocando a todos para continuar animándonos a la santidad, siguiendo la reciente invitación del Santo Padre en su exhortación Gaudete et exultate. Se trata del segundo encuentro de este curso que tendrá lugar en Cádiz, en el Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón.
Nos ayudará con su reflexión y exhortación D. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, un testigo cualificado de la fe sobradamente conocido de todos, en especial por sus numerosos seguidores en Radio María. Se centrará en el seguimiento de Cristo, en el amor a Jesús y en llenarnos de su Amor, de modo que reine en nuestros corazones y en este mundo sin corazón, en nuestras relaciones sociales, en nuestra sociedad y en la iglesia. En una sociedad fría y herida por el pecado como la nuestra necesitamos ser amados por un Amor que no tiene límites, por un Dios que es amor.
La santidad consiste en entrar de lleno en esta corriente de amor que brota del Corazón de Jesús. En el encuentro personal “de corazón a Corazón” es donde el hombre vive “arraigado y edificado en Cristo” (Col. 2, 7), con la perspectiva de la vida cristiana como una llamada a la santidad, experimentada como el deseo profundo del corazón humano de entrar en comunión íntima con el Corazón de Dios. Como dice Francisco: “La misericordia de Dios da vida al hombre, lo resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. ¡No tengamos miedo de acercarnos a Él!” (Ángelus, 9 de junio de 2013).
Quiero recordar que hemos recibido durante varios cursos en la Escuela de Evangelizadores un nuevo aliento del Espíritu Santo para renovar nuestra pertenencia a la Iglesia con sentido de comunión, renovando en nosotros la llamada del Señor a una vida nueva y santa, a una conversión que acrecienta la fe, la esperanza y la caridad. Ha sido un medio excelente para profundizar en nuestra pertenencia a la Iglesia local haciendo más vivible el gozo de ser cristianos y el valor de la unidad en la diversidad de carismas. También hemos ahondado en el misterio de la Iglesia, en su comunión y misión, algo indispensable para participar cada uno en la meta común de la evangelización desde el don o carisma particular recibido del Espíritu Santo.
La diócesis, queridos diocesanos, es mucho más que una “organización eclesiástica” a la que se pertenece por un ordenamiento jurídico, o un asunto político. Es siempre una realidad teológica, “signo e instrumento de salvación”, porque Jesucristo está presente en ella y actúa su salvación en favor de los hombres. Es misterio de comunión para la misión, como afirmó el Concilio Vaticano II. Este concepto de comunión está en el corazón de la Iglesia para expresar el misterio de la unión personal de cada cual con la Trinidad y con los demás hombres. Se convierte así y debe reflejarse en la fraternidad, que es al tiempo don y tarea para cuantos participan en la vida de Dios. La comunión con el Señor es la fuente y el dinamismo para la comunión con nuestros hermanos, para vivir en el amor a Dios y al prójimo, y amarnos y servirnos, viviendo en comunidad. Por consiguiente, todo esfuerzo es bienvenido para fomentar la unidad, pues la división es diabólica.
“La diócesis es una gran comunidad formada por muchas comunidades, confiada al obispo como su pastor, quien, como Jesucristo a quien representa y en cuyo nombre actúa, garantiza la comunión, integrando la Iglesia diocesana en la Iglesia universal. En la Iglesia diocesana la sucesión apostólica constituye la garantía de la contemporaneidad de Cristo en su acción sacramental y en la comunión de todos para anunciar la alegría del Evangelio a todos los hombres. La unidad en la fe y en la caridad son parte esencial de esa “buena noticia”, el “evangelio”, algo que necesita descubrir el mundo de hoy –desgarrado por el deterioro de lo humano, individualista y fragmentado hasta deshumanizarnos–” (cf. Carta pastoral al inicio del curso 2018-2019).
Os invito, pues, a participar en este encuentro de la Escuela de Evangelizadores el sábado 19 de enero con Mons. Munilla, en el Colegio de las Esclavas de Cádiz, para vivir mejor desde el corazón de Cristo, y para que su Iglesia siga siendo “luz de las naciones”, misterio y sacramento donde se hace presente lo eterno. Hará más fuerte nuestra fe, seguiremos al Señor con mayor deseo de ser santos y llevaremos su misericordia a los demás en el gozo fraterno de compartir la fe.