DE MI HOMILÍA PARA LAS ÓRDENES DE PRESBÍTERO Y DIÁCONOS EN LA CATEDRAL DE CÁDIZ EL 2 DE JULIO DE 2018
«Ejercitad con alegría y sincera caridad la obra sacerdotal de Cristo, buscando solo agradar a Dios y no a vosotros mismos o a los hombres, o a otros intereses. Esta caridad apasionada nos exige asumir de tal modo el evangelio que podamos consolar y curar al prójimo, es decir, hasta sufrir por el. Que esté siempre ante vuestros ojos el ejemplo diaconal de Cristo, Siervo de Dios, que ha experimentado el sufrimiento para salvar a los que sufren en este mundo. Sin cruz no encontrareis nunca al verdadero Jesús, y una cruz sin Cristo no tiene sentido. Seguid el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para servir, no para quedarse en sus comodidades sino para salir y buscar salvar lo que estaba perdido. La caridad nos entrega al sufrimiento de los hombres, siempre necesitados de consuelo, hasta llevar sus cargas y compartir sus aflicciones. La misericordia, es siempre compasión. Sed, pues, misericordiosos, muy misericordiosos, pero lejos de los tópicos, de la demagogia y del aplauso facilón.»
Descargar y leer Homilía completa
Visitar Galería para ver más fotos
Ecclesia: «Ordenación diaconal y sacerdotal en la Diócesis de Cádiz y Ceuta»