DE MI HOMILÍA DE ESTE 7 DE OCTUBRE DÍA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
«La fe de María, que es nuestra fe, es la fe de la Iglesia. En la escuela de María ha crecido y vive nuestra fe, como mostré en mi carta pastoral dirigida a los gaditanos en el mes de abril. Renovemos, pues con ella, nuestra experiencia cristiana contemplando a María, que es la Madre de la Iglesia. María es el Arca de la Nueva Alianza que acompaña siempre a sus hijos portando a Cristo en su seno. De modo similar el dogma mariano está en el centro del catolicismo: es el dogma «crítico», donde se esclarecen todas las posiciones, resume la doctrina de la cooperación humana a la Redención y ofrece la síntesis del dogma de la Iglesia. María es la figura ideal de la iglesia, el espejo en el que se refleja toda la Iglesia. La Virgen no remplaza nunca a Cristo ni a la Iglesia, sino, por el contrario, es la garantía de la seriedad de la Encarnación y el testimonio del querer de Dios de asociar la criatura a la obra de la salvación. Por su fecundidad natural y sobrenatural, llega al mundo la Palabra de Dios. Es la condensación del poder y de la dignidad de las criaturas. Si dejamos que nos acompañe en la fe nos hará vivir esa síntesis de amor Dios y a los hermanos en nuestra comunidad.»
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