Con los jóvenes este sábado, en el Encuentro Diocesano de Juventud que acabamos de celebrar. Todo lo que podamos hacer es poco si hemos de prepararnos para responder a la llamada del Papa Francisco, que ya ha anunciado un nuevo sínodo de los obispos dedicado a los jóvenes. De este modo nos hace ver la importancia de la fe de éstos y la necesidad de acompañarlos, instruirlos, y animar su fe para que sean discípulos vivos del Señor dispuestos a cambiar el mundo y a evangelizar.
En el mes de octubre de 2018 se celebrará el Sínodo de los Obispos sobre el tema «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional». El Papa Francisco invita a los jóvenes «a escuchar la voz de Dios que resuena en el corazón de cada uno a través del soplo vital del Espíritu Santo»–alentándolos a ‘salir’, siguiendo el ejemplo de Abrahán–. Con las palabras de Jesús a los discípulos «Venid y lo veréis» (Jn 1,38), el Papa les asegura a los jóvenes que también a ellos «Jesús les dirige su mirada y los invita a ir hacia Él». En otras ocasiones les ha pedido no perder la esperanza, no dejarse robar el futuro, que está en sus manos. Ha invitado a los jóvenes a permanecer en el Señor y amarlo con todas sus fuerzas, para así ser constructores de puentes y romper la lógica de la división, del rechazo, del miedo de unos contra otros, y ponerse así al servicio de los pobres, afrontando con valentía la vida, que es un don de Dios.
Esperemos que la reflexión del próximo sínodo y la exhortación del Papa anime y abra caminos para el encuentro con el Señor para vivir su vida apasionadamente y para servir a los demás. De momento hemos de unirnos aún más para trabajar codo con codo y fortalecer nuestra fe y nuestra amistad. Pero, como somos cristianos y vivimos la fe en comunidad, las parroquias y demás comunidades y grupos eclesiales deben ser acogedoras y ofrecerse para acompañar. Los padres, sacerdotes, catequistas, educadores, etc., no podemos desertar de nuestra responsabilidad, pues muchas de las deficiencias de su fe y de su compromiso se deben al abandono y falta de propuestas nuestras para vivir la fe con seriedad.
“Un mundo mejor se construye también gracias a ustedes, que siempre desean cambiar y ser generosos”, escribió el papa Francisco en su carta dirigida a los jóvenes. “He querido que ustedes ocupen el centro de la atención porque los llevo en el corazón”. Respondamos decididamente a la invitación del Papa y, sobre todo, al amor de predilección con que nos invita el Señor.