La puerta del amor compasivo de Dios no puede estar cerrada ni un solo segundo. Ayer celebrábamos la clausura del Año Jubilar de la Misericordia en la Santa Iglesia Catedral de Cádiz. Invitaba a no hablar de “clausura”, pues de lo que no se puede prescindir es de la misericordia. Si se cierran las puertas de los templos jubilares es porque suponemos que, al fin de este año, en cada uno de nosotros, se ha abierto otra puerta para que fluya la misericordia de Dios. Por ella debe venir al mundo el amor de Dios, para que la caridad, las obras de misericordia, la evangelización, lleve a cada uno de los que nos rodean al mismo Cristo, que con su perdón nos ha hecho salir al encuentro de los demás, después de destruir nuestros muros. Invitaba en la Eucaristía a pedir intensamente a Dios que no se levanten nuevas barreras de egoísmo, de odio, enemistad o antitestimonio que cierren al mundo las puertas de la salvación.
Sin duda ha hemos vivido unos meses fecundos que han empapado de la gracia de Dios y de su perdón a multitudes, y que ha estimulado un derroche de caridad a través de las obras de misericordia. Si, demos gracias a Dios, y al Santo Padre, el Papa Francisco que ha sido su promotor. Que el Señor le bendiga y le fortalezca en su misión.
Dejemos también que pase por nosotros la compasión de Dios y que nos purifique su perdón. No dejemos en mal lugar al Señor por nuestra falta de comunión, nuestro desafecto a la Iglesia o mal ejemplo. Demos al mundo el testimonio de ser Cristo prolongado en el tiempo, la Iglesia de Cristo que sigue acogiendo a todos, perdonando los pecados, salvando y santificando. Seamos en Cristo un puente que salva la distancia entre el cielo y la humanidad que peregrina en la tierra. Vivamos lo que ya somos, la familia de Dios, y hagamos juntos una diócesis capaz de acompañar a todos, viviendo un hogar de caridad fuerte e intenso, capaz de atraer a los alejados o escépticos, siempre fortalecidos para anunciar entusiasmados a Jesús, con obras y palabras.
Os dejo en este enlace mi homilía de ayer domingo de Clausura del Año de la Misericordia.