Este fin de semana está marcado por la Jornada Mundial de las Misiones, que conocemos como el DOMUND. Es una cita familiar para los cristianos que recordamos de nuevo nuestra responsabilidad en la evangelización del mundo. Los misioneros que dejan sus casas para llevar muy lejos a Cristo ad gentes, es decir, donde aún no es conocido, nos recuerdan que son como enviados nuestros, y que no podemos desentendernos ni de ellos ni de las misiones. Ellos son los “heraldos de la misericordia de Dios”. “La misión es parte de la gramática de la fe” – ha dicho el Papa—Por tanto, además, sabiendo que es necesario ya evangelizar entre nosotros, nos despiertan a un compromiso misionero para llevar a Cristo a cuantos nos rodean, y estimulan nuestra fidelidad y compromiso. Quien sigue a Cristo sabe que Jesús camina con el y se convierte necesariamente en misionero: “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta los confines del mundo” (Hch 1,8).
Colaboremos con nuestra oración y con la ayuda económica con la que se construyen misiones, se anuncia a Jesucristo y se acerca el consuelo de su caridad a los necesitados. Hay muchos “gaditanos por el mundo” que por amor a Cristo son misioneros de la misericordia y llevan la alegría del Evangelio a los pobres. Quiera Dios que todos pudiésemos decir como San Pablo: “¡Ay de mi si no anuncio el Evangelio!” (1 Cor 9,6).
El Blog del Obispo Zornoza 